CASO ESTADOS UNIDOS
La
buena política es el arte de combinar lo deseable con lo posible. Las campañas
electorales suelen casi siempre enfatizar mucho en lo primero (lo deseable)
para luego dejar como legado tan solo lo que se pudo alcanzar que –casi
siempre- es mucho menos.
Lo
anterior es cierto tanto en el primer mundo, como en el tercero y la misma
razón fue la que acabó con el “segundo” mundo, el comunista, hacia fines de pasado siglo XX. Sin embargo
quienes aspiran ocupar cargos de elección popular no parecen haber asumido esa
lección tan evidente y es así como personajes de historieta como el inefable
Nicolás insisten en ofrecer villas y castillos en forma de “misiones”, “motores
de desarrollo” y otros espejismos que día tras día exhiben la gran brecha entre
lo posible y lo realizable. Mr. Trump por su parte en su nivel y escala viene
exhibiendo también los mismos síntomas
con creciente inquietud entre sus
colaboradores y el escepticismo entre sus seguidores. Una cosa es Trump
candidato y otra ha sido Trump Presidente.
Recordamos
vívidamente los famosos debates en pro de la búsqueda de la candidatura de su
partido Republicano y mas tarde los tensos encuentros frente a su entonces
rival la señora Clinton. El pintoresco y poco convencional candidato –hoy
Presidente- manifestaba sin rubor alguno que “el primer día” de su presidencia
abordaría en forma fulminante problemas tales como el de la Inmigración, el
Obamacare, la lucha contra ISIS, la reforma fiscal y pare Ud. de contar.
Lo
acaecido en los primeros tres meses de su
ejercicio presidencial debiera estar mostrándole al billonario magnate
que en una democracia fuerte las cosas no se desarrollan como en sus empresas
donde la voluntad omnímoda del dueño no encuentra frenos institucionales
(Congreso, Tribunales, etc.) El gobierno de los EE.UU. no se asemeja a un
“reality show” donde el conductor despide a los participantes con insolente
grosería ni tampoco a un emprendimiento inmobiliario donde el éxito o fracaso
se mide en dólares, quiebras (de las que vivió ya seis) ni demandas judiciales.
El manejo de la cosa pública en un régimen de pesos y contrapesos requiere de
mecanismos de consulta, negociación, esperas, transacciones etc. muy diferente
a lo que Mr. Trump estuvo acostumbrado hasta su juramentación.
Es
así como podemos contrastar algunas promesas con sus correspondientes
realizaciones a saber. Empecemos por la prometida eliminación del sistema de seguro de salud
conocido como Obamacare que se ofrecía como pieza central de la campaña
electoral. Pues resulta que no solo no se ha podido progresar ni un ápice sino
que el Ejecutivo se ha visto obligado al bochorno de tener que retirar su
propuesta legislativa por que no pudo conseguir ni siquiera el apoyo de muchos
de los legisladores de su propia tolda Republicana.
Pasemos
a la inmigración cuya problemática se prometía resolver con un muro fronterizo
y la expulsión mas o menos indiscriminada de millones de migrantes. A la fecha
del muro no se ha erigido el primer ladrillo y las expulsiones topan con
obstáculos legales ,políticos y económicos que demuestran que no se trata
solo de soplar y hacer botellas.
Sigamos
con la amenaza terrorista que definitivamente reviste importancia central para
la seguridad nacional. En este campo el señor Presidente ha tenido que saborear
ya dos veces la derrota propinada por
dos jueces federales y una Fiscal
General Adjunta que se han pronunciado en contra de la constitucionalidad de
los decretos ejecutivos. Allí hace falta un Maikel Moreno!
Continuemos
con la amenaza del uso de la fuerza y la demostración concreta llevada a cabo
recientemente en Siria. Si bien la acción parece haber sido bien recibida por
la opinión pública no lo ha sido tanto para un número importante de
legisladores que objetan una decisión tomada sin consulta alguna con la representación popular. Además
Nicolás y Delcy han condenado la
acción lo cual seguramente provocará
insomnio a Donald. Falta ver que hará el señor frente a Corea del Norte que es
un peligro para el mundo y para su
vecina del Sur pero que tiene un
poderoso padrino que hasta ahora la protege.
De
seguidas miremos la política exterior concretada en encuentros con los
principales líderes mundiales que hasta ahora han pasado por Washington (o por
Mar-a-Lago) y veremos que la compatibilidad epidérmica no parece haber sido el
resultado en la mayoría de las ocasiones (Merkl, Xi JinPin, etc.) o cuando el
mexicano Peña Nieto lo mandó a “lavarse el paltó “como hubiera dicho el
Comandante Eterno quien además compartía con Trump su grosero desdén por el
periodismo crítico y por las opiniones disidentes dentro de su entorno como ya
se ha visto en varias oportunidades en la Casa Blanca.
Sigue
en turno la reforma fiscal que supuestamente estaba lista y preparada. Pues
resulta que ni están de acuerdo aun en los meros mecanismos que puedan compatibilizar
la prometida reducción impositiva con el sustancial incremento del gasto
militar y la reducción de las partidas presupuestarias en el campo de la
política exterior, financiamiento a las ciencias , las artes y pare Ud. de
contar.
Naturalmente
no se trata en estas líneas de agotar el inventario de dificultades que vive
hoy un Jefe de Estado tan poderoso como impredecible sino de hacer ver que en
ese mundo de la política la prudencia y la mesura debieran tener mayor peso a
la hora de las candidaturas.
Adolfo P. Salgueiro
apsalgueiro1@gmail.com
@apsalgueiro1
Internacionalista
Miranda - Venezuela
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