domingo, 23 de abril de 2017

SUSANA MORFFE, GENERACION DE VÍBORAS

ENTRE CIELO Y TIERRA

Lo que podemos entender sobre el elevado grado de violencia que  se ha desatado en el país, es que hay unos vencedores y los perdedores se resisten a aceptarlo y enfrentan, con armas y otros dispositivos de guerra, su agonizante derrota, ante una avalancha de población que ha demostrado, sin esconder nada, su propósito de liberación de la esclavitud venezolana con el recurso más efectivo y no es otro que la paz.

Pensadores consideran que cada uno de nosotros tiene un motor y tiene un freno. El motor es la voluntad; el freno es la conciencia. Si nos falla el motor  o la voluntad, nos volvemos como muertos en vida. Somos pusilánimes, temerosos, tímidos, y estamos vencidos. Si nos falla el freno, la conciencia, y nuestra voluntad corre sin frenos, cometemos locuras.

En eso se basa esta guerra desatada en el país. Se están cometiendo locuras por no permitir al adversario la victoria y para el otro sincronizarse en el poder, siendo cada día más difícil la convivencia social.

¿Por qué sucede todo esto? Pienso que ninguna persona sensata se equivocará al responder que lo que impera en Venezuela es un ego patológico, lo cual no permite tener visión sobre las causas y consecuencias de este embrollo tamaño familiar en los que nos han metido a todos.

La única verdad es que todos quieren gobernar, sea lo que sea y al precio que cueste; lloran a los caídos pero la lucha sigue, no hay freno, porque el que se para pierde. Entretanto el otro cree disponer de todo el arsenal para el control de la población. Los organismos internacionales y países preocupados, solo alcanzan a desear que la convivencia política se arregle. Nada más. La solución está en el territorio y toma senderos peligrosos.

Efervescente es la palabra que califica el ambiente ahora en todo el país. No se pueden atajar las voluntades que están en la calle luchando por su ideal de país democrático. Hambre, abusos, violencia, desigualdades, es lo que va poco a poco creciendo en el espíritu de cada venezolano que amanece y finaliza en la calle. Se rompieron los moldes de acuerdos y respeto, debido a la soberbia fuerza militar mixta en el país, con ordenes de deslastrar a los nacionales y auténticos venezolanos.

La situación ha roto los moldes por el ataque despiadado militar. Ante esas acciones un joven se desnuda frente a una tanqueta para pedir no más bombas lacrimógenas y es despiadadamente atacado con perdigones; una mujer valiente en claro desafío se coloca frente a otra tanqueta con el mismo fin de apaciguar la bestial respuesta militar y consigue ser atrapada como delincuente. Al tiempo, venezolanos no midieron mermar su salud y se lanzaron al putrefacto rio Guaire para salvarse del ataque militar. La represión en continua marcha y acaban con la vida de jóvenes y ancianos despiadadamente.
Estos y otros episodios cargados de la mayor crueldad la estamos viviendo a diario. Nadie sabe a ciencia cierta cuál será el final de la lucha. Muchos presumen una guerra civil, no se descarta otras confrontaciones entre países. Ciertamente, son los tiempos más crueles  para Venezuela, ha sobrepasado y está desbocada en las calles la generación de víboras que tiene un solo fin: el exterminio.

Todos mandan y gobiernan, pero ninguno se detiene porque la ceguera colectiva, entre militares, políticos, empresarios y población, ha tomado el poder para el bien o para el mal. Sobre el país todos somos importantes, pero ¿Quiénes sobran?


Susana Morffe
susana.morffe@gmail.com
@susanamorffe
www.susanamorffe.blogspot.com
Nueva Esparta - Venezuela

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