ENTRE
CIELO Y TIERRA
Lo
que podemos entender sobre el elevado grado de violencia que se ha desatado en el país, es que hay unos
vencedores y los perdedores se resisten a aceptarlo y enfrentan, con armas y
otros dispositivos de guerra, su agonizante derrota, ante una avalancha de
población que ha demostrado, sin esconder nada, su propósito de liberación de
la esclavitud venezolana con el recurso más efectivo y no es otro que la paz.
Pensadores
consideran que cada uno de nosotros tiene un motor y tiene un freno. El motor
es la voluntad; el freno es la conciencia. Si nos falla el motor o la voluntad, nos volvemos como muertos en
vida. Somos pusilánimes, temerosos, tímidos, y estamos vencidos. Si nos falla
el freno, la conciencia, y nuestra voluntad corre sin frenos, cometemos
locuras.
En
eso se basa esta guerra desatada en el país. Se están cometiendo locuras por no
permitir al adversario la victoria y para el otro sincronizarse en el poder,
siendo cada día más difícil la convivencia social.
¿Por
qué sucede todo esto? Pienso que ninguna persona sensata se equivocará al
responder que lo que impera en Venezuela es un ego patológico, lo cual no
permite tener visión sobre las causas y consecuencias de este embrollo tamaño
familiar en los que nos han metido a todos.
La
única verdad es que todos quieren gobernar, sea lo que sea y al precio que
cueste; lloran a los caídos pero la lucha sigue, no hay freno, porque el que se
para pierde. Entretanto el otro cree disponer de todo el arsenal para el
control de la población. Los organismos internacionales y países preocupados,
solo alcanzan a desear que la convivencia política se arregle. Nada más. La
solución está en el territorio y toma senderos peligrosos.
Efervescente
es la palabra que califica el ambiente ahora en todo el país. No se pueden
atajar las voluntades que están en la calle luchando por su ideal de país
democrático. Hambre, abusos, violencia, desigualdades, es lo que va poco a poco
creciendo en el espíritu de cada venezolano que amanece y finaliza en la calle.
Se rompieron los moldes de acuerdos y respeto, debido a la soberbia fuerza
militar mixta en el país, con ordenes de deslastrar a los nacionales y
auténticos venezolanos.
La
situación ha roto los moldes por el ataque despiadado militar. Ante esas
acciones un joven se desnuda frente a una tanqueta para pedir no más bombas
lacrimógenas y es despiadadamente atacado con perdigones; una mujer valiente en
claro desafío se coloca frente a otra tanqueta con el mismo fin de apaciguar la
bestial respuesta militar y consigue ser atrapada como delincuente. Al tiempo,
venezolanos no midieron mermar su salud y se lanzaron al putrefacto rio Guaire
para salvarse del ataque militar. La represión en continua marcha y acaban con
la vida de jóvenes y ancianos despiadadamente.
Estos
y otros episodios cargados de la mayor crueldad la estamos viviendo a diario.
Nadie sabe a ciencia cierta cuál será el final de la lucha. Muchos presumen una
guerra civil, no se descarta otras confrontaciones entre países. Ciertamente,
son los tiempos más crueles para
Venezuela, ha sobrepasado y está desbocada en las calles la generación de
víboras que tiene un solo fin: el exterminio.
Todos
mandan y gobiernan, pero ninguno se detiene porque la ceguera colectiva, entre
militares, políticos, empresarios y población, ha tomado el poder para el bien
o para el mal. Sobre el país todos somos importantes, pero ¿Quiénes sobran?
Susana Morffe
susana.morffe@gmail.com
@susanamorffe
www.susanamorffe.blogspot.com
Nueva Esparta - Venezuela
Excelente reflexiòn.
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