SE HABLA POCO DE ELLOS
Los “tanques de pensamiento” liberales nos muestran casos de países
cuyas economías, arruinadas por el socialismo, experimentaron recuperaciones
casi “milagrosas” en pocos años, con soluciones de libre mercado. Hasta aquí
todo bien, excelente.
Pero jamás nos hablan de los “tanques de acción política”, los partidos
que hicieron el arduo, paciente y penoso trabajo de formar y capacitar a los
líderes y cuadros medios, luego convencer a la opinión pública para conseguir
votos, en agotadoras campañas electorales; y después, ya desde Gobiernos y
Parlamentos, sostener con fuerza esas políticas, contra la tenaz oposición de
factores contrarios.
En este artículo, que te invito a leer, quiero hacer justicia.
(1) Detrás del famoso “milagro alemán” de la II Posguerra, estuvo el
Partido Demócrata Cristiano, fundado en 1945 por un acuerdo entre los líderes
protestantes del norte y católicos del sur. Sin su firme y denodado apoyo, el
Canciller Adenauer y su Ministro de Finanzas Ludwig Erhard, aliados a los
liberales, no hubieran podido abrir las compuertas de la economía, contra la
opinión de los medios, las Universidades y los representantes de potencias
aliadas, que pretendían una alianza de la DC con los socialdemócratas, y un
“modelo mixto”.
(2) El “milagro italiano” se atribuye al economista liberal Luigi
Einaudi, segundo Presidente de la República. Es correcto. Pero Einaudi se apoyó
en el Partido Liberal, el de su antecesor en el cargo, Enrico De Nicola. Y en
la Democracia Cristiana, que como “Partido Popular” fundó en 1919 el cura Don
Luigi Sturzo, y en 1943 refundó Alcide De Gásperi, Presidente provisional en
1946; Italia no se habría podido recuperar sin su triunfo electoral, tras la
agitada y terrible campaña de 1948, contra el Pacto socialista-comunista. En
esos días los católicos no se iban todos por la izquierda, y los liberales no
eran anticlericales o anticristianos.
¿Y cómo después sostuvieron el PDC y el PL sus políticas de libre
mercado, contra la implacable propaganda de izquierdas? ¡Ese fue el “milagro”!
De Gásperi tiene su causa de beatificación en las oficinas vaticanas.
(3) En Japón, la recuperación económica se debió al Partido Liberal,
fundado en 1945 por Shigeru Yoshida, cinco veces Primer Ministro entre 1946 y
1954. En 1953 sufrió una división, liderada por su rival interno, Ichiro
Hatoyama, que fundó el Partido Democrático; pero en 1955, para combatir a los
crecientes y agresivos partidos socialista y comunista, se unificaron en el
Partido Liberal-Demócrata, que fue dominante. El PLD hizo “fusionismo” de libre
mercado con conservatismo político, social y moral; pero en los ’70 y ‘80 se
hizo muy estatista, y la economía perdió su empuje.
(4) En Inglaterra, tras la I Guerra Mundial, el Partido Liberal, para
competir con el Conservador, se copió de los laboristas. Pero si hay
originales, ¿quién quiere copias? Los laboristas desplazaron a los liberales, y
en 1945 treparon al poder; y en su letal “Pacto Social” con los conservadores,
hundieron el país. Pero Margareth Thatcher, admiradora del economista Friedrich
Hayek, por fortuna no siguió su fatídico consejo de huir de la política, y en
1959 se hizo congresista.
El resto es una historia de éxito: Thatcher conquistó para el
liberalismo a los jefes de su Partido conservador, no fue fácil; y luego a sus
bases, más difícil aún. Sin embargo, en 1975 ganó el liderazgo partidista, y la
jefatura de la oposición al Gobierno laborista surgido tras la apretada
elección de 1974. Como enseña la Biblia en el caso de David, encabezó la
oposición, antes de ser Gobierno.
En 1978, el Premier James Callaghan anunció que ese año no habría
elecciones generales sino el siguiente; desde su banca, Thatcher les gritó “gallinas”
a los laboristas, porque estaba lista para el combate, y comenzó su campaña
informalmente, muy bien asesorada en publicidad y mercadeo por la agencia
Saatchi & Saatchi. A principios de 1979 el oficialismo perdió una moción de
confianza, y se convocó a comicios. Thatcher apeló a “la mayoría silenciosa”;
así el Partido Conservador ganó con un cómodo 44 % de los votos, y bancas de
sobra para hacer mayoría en los Comunes, y ella se convirtió en la primera
Premier en la historia del Reino Unido.
(5) En los años ’40, Ronald Reagan era un actor, de izquierdas, como
casi todos sus colegas. Pero en los ’50 comenzó su giro a la derecha, que
completó en las elecciones de 1964, cuando Barry Goldwater compitió con los
estatistas de su partido por la candidatura republicana, y después con los
estatistas demócratas por la Presidencia. Ganó Lyndon Johnson, pero Reagan ganó
enseñanzas de ese fracaso, y destacó su discurso “Tiempo de Elegir”, entre
socialismo y capitalismo, usando con brillo la táctica de la “polarización”:
hay que decidirse, por una cosa o por la otra. “¡Y es tu decisión!”
Una vez alguien se burló de Reagan, calificándole de "un tonto
simpático". Simpático era, pero no tonto: también admirador de Hayek,
tampoco siguió su mal consejo. En 1966 ganó la Gobernación de California, y fue
reelecto en 1970. Falló después dos veces para tener la nominación presidencial
del Partido Republicano, pero la tuvo en 1980. Y ganó, con una campaña de
propuestas concretas, aunque explicando sus bases ideológicas netamente
liberales clásicas; afortunadamente el “libertarianismo” de Rothbard era
todavía muy marginal, y por tanto no podía hacer daño.
Conclusión: los buenos economistas nos enseñan libre mercado, pero no
cuentan que cuando lo hubo, fue por la acción decidida e inteligente de líderes
y partidos de derecha que lo asumieron como tarea; y que cuando no lo hubo, fue
por ausencia, falta de apoyo, ineptitud o cobarde renuncia a esa labor.
En 2001, la editora Free Press publicó un libro: Reagan, In His Own Hand
(“Reagan en sus propias palabras”). Es una colección de 270 ensayos de Reagan,
escritos de su puño y letra, en su mayoría como libretos para sus programas
radiales, auspiciados por la empresa General Electric, por 8 años, entre 1954 y
1962. En sus escritos descubrimos que Reagan fue un intelectual, con sólida
formación, si bien autodidacta (Steve Hanke: “Reagan, el intelectual”, ElCato,
21 de febrero de 2001). Y que a diferencia de Hayek, no veía contradicción
entre ser un intelectual, con buen manejo de buenas ideas, y a la vez poder
comunicarlas a la gente corriente, aspirando al servicio público, para ponerlas
en práctica. Los liberales hablamos de política y economía, no de Física
Cuántica o Biología Molecular. ¿Qué clase de intelectual debe encerrarse en alguna
torre de marfil académica, incapaz de transmitir su mensaje a los electores?
Los “tanques de pensamiento” tienen al liberalismo en el puro
pensamiento; hasta ahora lo que prevalece en nuestra América y casi en todo el
mundo, son las izquierdas. Pero el marxismo es un disparate, y el socialismo
una feroz tiranía. ¿Y por qué la gente cree, y vota por ellos? Porque hasta
aquí los liberales no han traducido las “ideas de la libertad” en un plan de
Gobierno concreto, para seducir a los partidos existentes, o crear y empujar
otros nuevos, a mediano plazo, y comunicarlas con éxito a los votantes,
quitando el poder a las izquierdas.
En Europa, Japón y EE.UU. lo hicieron aquellas “derechas buenas”, como
les llamamos. Ahora, con ayuda de Dios y apoyo de un creciente número de
liberales prácticos de varios de nuestros países, lo intentamos nosotros los
del Foro Liberal de América Latina. Puedes consultar nuestra “Web amarilla”, y
sumarte al proyecto. Como Reagan lo dijo: “¡Es tu decisión!”
Alberto Mansueti
albertomansueti@aol.com
@MansuetiAlberto
@alberman02
Bolivia
Este artículo, como casi todos los tuyos,revelan recta intención, conocimiento, inteligencia, e invitan al debate. Saludos,
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