VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS
El gobierno de Maduro hace rato que no se ocupa de los problemas de la
gente. Cualquier observador notará que todos las dificultades que afectan
gravemente a los venezolanos no son atendidas por esta administración y por lo
tanto empeoran día tras día. La primera consecuencia se vio en la encuesta que
sobre la pobreza realizan las universidades, más de la mitad de las familias
venezolanas viven en pobreza extrema, en la miseria. Solo el 18 porciento
califica como no pobre, lo que no quiere decir que no esté en riesgo de pasar
el umbral que lo separa de la penuria que impone el modelo económico chavista.
Como consecuencia directa de esta situación, la popularidad de Maduro es
cada vez menor. Nueve de cada diez venezolanos piensa que la situación del país
está mal. Lo que es peor, los venezolanos no son optimistas frente al futuro.
A Maduro solo le ha quedado apelar al recurso de todo aquel no
comprometido con los principios democráticos. La violencia. La misma se expresa
de diferentes maneras y en eso este gobierno no tiene parangón en los anales de
nuestra historia. Si alguna clase política ha hecho caso omiso a las normas
elementales de la convivencia política ha sido este primitivo chavismo que solo
sabe de imposición y de mecanismos de fuerza.
Veamos las distintas dimensiones de la violencia del gobierno. La
primera es el desconocimiento abierto y descarado del dictamen electoral del
6D2015. A través de trapisondas e irregularidades de todo tipo, el chavismo
procedió a cortarle las alas a la Asamblea Nacional aún antes de instalarse.
Para ello escogió al pueblo más débil del país. Un estado con poca densidad
poblacional y una gran presencia aborigen fue el seleccionado por la cúpula del
PSUV para expropiarles su representación parlamentaria.
En la misma vía de la violencia parlamentaria, los inescrupulosos
ductores de la política del gobierno decidieron sembrar armas a un diputado que
siendo ex recluso, había hecho las pases con la sociedad. Pagó su condena y
dirigía acciones sociales a favor de la población. Le pareció adecuado al
inhumano socialismo escoger a esta víctima en la presunción fascista de que
siendo un ex presidiario, la gente se tragaría su cuento. Ha llegado su
“Ignorancia Suprema” Maduro a decir que como es un diputado suplente no tiene inmunidad
parlamentaria. Cómplices activos de esta violencia contra el parlamento son los
miembros de la sala constitucional del tribunal supremo (minúsculas
intencionales). Pasivamente, la fiscal y el defensor del pueblo no han hecho
mayor esfuerzo por diferenciarse de sus compinches en esta materia.
La violencia también se aplica al pueblo. Una por la vía política. La
obligación de tener un documento adicional a la cédula de identidad para
acceder a un derecho que no concede el gobierno nacional sino la nación. En
otras palabras, los trogloditas que ocupan Miraflores piensan que la gente está
obligada a agradecerles los servicios que se le otorgan. No se podía esperar
otra cosa de esta ristra de ignorantes que usan el poder como si lo hubiesen
tomado por asalto.
No contentos con violentar el derecho a los servicios universales que el
estado está obligado a prestar, el gobierno de Maduro y sus cómplices someten
al pueblo al hambre y la desatención médica. El problema de la comida es cada
vez más severo. El asunto de las medicinas clama ante los ojos de Dios con el
agravante de impedir que llegue ayuda de otros países o instituciones
preocupados por la suerte de los venezolanos.
Cada vez que hay una protesta en cualquier lugar del país, vemos un
despliegue de policías y militares que muchas veces supera en número a la
cantidad de manifestantes. El gobierno está presto para la represión incluso la
violenta. Es la única respuesta que tiene para los problemas de los
venezolanos. Si alguien está protestando en una cola, tiene altas
probabilidades de ser detenidos por estos esbirros que, por cierto, tienen
acceso privilegiado a alimentos que el resto de los venezolanos no consiguen.
Otro acto violento del chavez-madurismo es hacerse los locos con las
elecciones que se debieron haber realizado en Diciembre de 2016. Se la ha
conculcado al pueblo el sagrado derecho a elegir sus gobernadores, alcaldes y
representantes ante los distintos órganos estadales y municipales. El cómplice
fundamental en esta aventura violenta no es otro que ese Consejo Nacional
Electoral que Chávez creo como poder con la excusa de evitar que lo que está
sucediendo se pudiera dar. Al final, el gran farsante no cumplió tampoco con la
promesa de dejar un CNE independiente que facilitara y promoviera la expresión
popular. Por el contrario, quienes conducen este organismo no tienen empacho
alguno en inventarse cínicas excusas para impedir los procesos electorales.
Otra expresión de violencia es el uso como brazo de propaganda de la red
comunicacional a la orden del gobierno. VTV es un verdadero asco. Si Maduro
ordenó sacar CNN del aíre, debiera hacer lo mismo con este órgano que funciona
como altavoz de una minoría en contra de los derechos de la mayoría que es la
que lo financia.
La violencia cómplice de las fuerzas armadas es alarmante. Que se esté
gastando dinero en jugueticos para los de uniforme mientras que los venezolanos
padecen hambre y sufren los embates de la delincuencia es un asunto que en su
momento deberá ser investigado para establecer las responsabilidades de rigor.
El espaldarazo del ministro al vicepresidente resulta escandaloso y pone en
tela de juicio la idoneidad del liderazgo militar del momento.
Otra expresión de violencia gubernamental es el trato preferente que
tienen los delincuentes en este país. Tienen territorios que explotan como si
fuesen pequeños estados. Tienen mejor capacidad de organización y están mejor
armados que los policías. Rara vez se investiga un crimen y causa estupor como
la justicia los envía a la calle sin castigo.
La violencia de este gobierno tiene diferentes rostros. No se percatan
de que lo que hacen a los venezolanos es punible. Que deberán responder por sus
fechorías. Piensan que estarán el poder para siempre o que saldrán ilesos de
sus actos criminales. La justicia les llegará con la severidad que corresponde
ante la atrocidad de sus crímenes.
Jose Vicente Carrasquero A.
botellazo@gmail.com
@botellazo
Caracas - Venezuela
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