La situación es muy
grave
Para la mayoría de
los venezolanos, el causante de todos los problemas es el gobierno; por tanto,
hay que cambiar al gobierno y hay que cambiarlo ya, inmediatamente.
Es más, se argumenta,
con fundamento, que el gobierno actual no quiere ni puede asumir los cambios y
las rectificaciones que la situación exige. No puede porque está muy débil,
sobre todo después de la derrota recibida en las elecciones parlamentarias de
diciembre. Y no quiere por razones ideológicas, ya que sigue prisionero de los
dogmas contrarios a la empresa privada y a la apertura a inversiones nacionales
e internacionales.
Efectivamente, se
requiere un gobierno nuevo ya. La iniciativa para formar ese nuevo gobierno
debería tomarla el propio presidente Maduro y para ello contar con el respaldo
de su propio partido. Y además, procurar el respaldo de la Asamblea Nacional.
Ese nuevo gobierno
tendría que ser, como lo reclamaba la Revolución Liberal Restauradora, con
“nuevos hombres, nuevos procedimientos y nuevos ideales”.
El problema de
plantear como condición la salida del actual gobierno es que esa operación toma
tiempo y supone una confrontación de la que saldrá un sector victorioso y otro
sector derrotado. Y la solución de la crisis nacional requiere urgencia por una
parte y unidad nacional por la otra.
La crisis económica
no aguanta diferimientos. Cualquiera de los mecanismos previstos en la
Constitución para salir del Presidente y de su gobierno, referéndum revocatorio
o convocatoria a una constituyente o enmienda constitucional, requiere tiempo y
confrontación. No tenemos tiempo y la confrontación es lo que menos nos ayuda
para afrontar la solución de la crisis.
El nuevo gobierno
debería entrar a funcionar en los próximos días. Debería convocarlo el propio
presidente Maduro. Debería incorporar a la gente más competente del país en sus
respectivas áreas. Debería contar con el apoyo de la Asamblea Nacional. Y
debería focalizarse en una agenda con tres puntos: primero, fortalecimiento
institucional del estado democrático; segundo, enfrentar la crisis económica
con medidas que ayuden a resolver el problema del desabastecimiento, de la
falta de medicinas y de la falta de insumos para la actividad de la industria
nacional; y tercero, una política social que permita atender las necesidades de
los sectores más pobres.
Esta propuesta supone
que todos los actores políticos pongan el interés de Venezuela por encima de
sus intereses grupales o personales. Tengo conciencia de que no es probable. La
alternativa sin embargo, la vamos a lamentar.
Se acaba el tiempo y
se acaba también la paciencia de los venezolanos.
Seguiremos
conversando.
Eduardo Fernandez
efernandez@ifedec.com
@EFernandezVE
Miranda - Venezuela
de acuerdo
ResponderEliminarPERO...........recordar como se cayo la cortina de hierro en EUROPA DEL ESTE
MIGRACIONES EN MASA.........En nuestro caso a los paises vecinos