Estos últimos días estuve mirando y curioseando
muchas librerías. Y muchos me han preguntado por qué Rusia, Venezuela o
cualquier otro país de América Latina están en tan mala situación política y
sin democracia, a pesar de tener una gran capacidad de vivir muy bien, en
libertad y con riqueza. Yo invito a todos los que me han hecho esa pregunta a
mirar en las librerías y ver cuáles son los “best-seller”.
Antonio Gramsci no era un tonto cuando dijo que la
dominación informativa y cultural es garantía de éxito. Después de él, las
nuevas izquierdas desarrollaron este concepto minuciosamente: se abolió la
censura por parte del estado pero ellos trasladaron los mecanismos de censura
directamente a la “cabeza de la gente”. Trate de comunicarse con los
estudiantes en París o Barcelona y demostrarles algo. Si su tesis es diferente
de la habitual locura izquierdista, ellos ni siquiera entienden lo que les
están diciendo, ignorarán tus argumentos o ellos mostrarán su agresión. En esas
condiciones no se necesita la censura del estado. Es suficiente con el propio
sistema educativo estatal, a través del cual se continuará con la censura pero
esta vez en el cerebro de la gente.
Serán las mismas personas quienes buscarán la
lectura de la “literatura necesaria” pensando que es “su propia elección”, a pesar
de que el 100% está determinado por el sistema estatal de educación y de lavado
de cerebro de los medios de comunicación estatales.
Cuando en tu país hay en sus librerías los viejos
(casi cien años) libros de socialistas, que son principalmente famosos por el
hecho de guerras civiles, el genocidio cometido, o la construcción de un estado
totalitario, entonces tu país será malo para vivir. Si entre estos libros
socialistas hay diez libros sobre los nazis, y no sobre la filosofía y la
sociología actuales, tu país será malo para vivir. Tu país será malo para vivir
por dos razones. En primer lugar, los nazis y los comunistas eran enfermos
mentales, puesto que cometieron un gran genocidio y la guerra más grande de la
historia de la humanidad. Se centra en experiencia de los enfermos mentales
esto no es una decisión buena para sociedad. En segundo lugar, a consecuencia
de la época de los nazis, los comunistas y sus guerras mundiales, la filosofía
mundial y las ciencias humanas debían atravesar por una serie de
transformaciones globales.
Pero en las librerías, a través de la literatura,
el Estado trata de inculcar que estamos en el año 1930. Y de hecho, pronto
estaremos en el 2030, sólo dentro de quince años.
Si en las librerías de tu país no hay filosofía
moderna, economía o sociología contemporáneas, esto significa sólo una cosa: el
paradigma cultural está enfocado en el pasado. Está dirigido a un sistema
social más primitivo, una sociedad industrial con todos sus problemas, un
formato anterior de las relaciones entre el Estado, los ciudadanos, los medios
de comunicación y las instituciones públicas. Por lo tanto, no es de extrañar
que la gente en estos países donde el paradigma cultural se reduce a 1930, vive
tan mal como la gente vivía en la década de 1930. La cultura determina la
manera de pensar, el pensamiento define a los métodos científicos y de
comunicación. Si una persona vive intelectualmente en una sociedad industrial,
mientras que los países desarrollados ya están hablando de la extinción de la
sociedad post-industrial, esto es malo. Porque tendrán paradigmas científicos,
sociológicos y culturales completamente diferentes. Son “idiomas” o lenguajes y
formatos de comunicación totalmente diferentes.
Otro punto negativo es que la ciencia de la
sociedad industrial es muy diferente a la ciencia nueva. Miren a Brasil: en los
últimos años este país invirtió caóticamente mucho dinero en la ciencia moderna
incluyendo el desarrollo de las matemáticas. ¿Ha creado Brasil su escuela
científica fundamental? Obviamente no. Porque no puede crearse una ciencia de
vanguardia mientras se apoya un pie en los principios del siglo XX creyendo en
el socialismo y el trotskismo y tratando de apoyar el otro en la conquista del siglo
XXI.
Esta incomprensión mutua entre los diferentes
paradigmas científico-culturales engendra una enemistad que es utilizada por el
estado para la creación de conflictos y la creación de “zonas” en las que educa
deliberadamente a la gente en el estilo “retrasado”, induciéndola a confiar
sólo en el estado y temerosa del resto del mundo. El Estado tiene el monopolio
de la educación. Educa a los niños y jóvenes en las ideas retrasadas de
colectivismo y con miedo a lo nuevo. Crea una sociedad cerrada y una cultura
cerrada, bajo el falso pretexto de la “seguridad de la información de los
ciudadanos”.
Esta cultura cerrada y el miedo a lo nuevo crean
este estilo retrasado de desarrollo intelectual, lo que dificulta la ciencia y
degrada la educación y los medios de comunicación, y finalmente conduce al país
directamente al aislacionismo, el infierno, la pobreza y el militarismo barato,
necesario principalmente para el uso interno, ya que no existirá ningún ataque
exterior.
Kitty Sanders
kitty@kittysanders.com
@kisanders
Editor-in-Chief of
"Visión Independiente"
Argentina
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