Las garantías que ofreció Padrino en la espera
impaciente de los resultados una vez concluido el proceso electoral del 6 de
diciembre, tuvo varias interpretaciones.
Convencido como estaban los venezolanos de que el gobierno había perdido
las elecciones y no teniendo Tibisay argumento alguno para desviar la fuerza del viento que
venía en su contra, nadie más apropiado
que el ministro de la defensa, quien dio
la cara por el gobierno y aplacó lo que para el régimen sería una
tragedia, acostumbrado a cobrar con solo el pronunciamiento del órgano
electoral. Lo dicho en ese momento por
el ministro cumplió un objetivo y las
aguas mansas volvieron a su cauce: la democracia cobró su victoria.
¿Sobre quién recae la
responsabilidad del por qué la frialdad entre pueblo y ejército?
La Constitución es clara en la
afirmación de que la Fuerza Armada
Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia
política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía
de la nación y asegurar la integridad geográfica mediante la defensa militar. Sin extendernos más en su contenido hacemos
referencia al punto que establece la contradicción entre las Fuerzas Armadas de esta
Constitución y la que en la práctica se traduce en la opinión adversa del pueblo hacia sus
militares.
Una ligera sensación
nos permite pensar que entre los más importantes responsables figura el general Padrino, a quien aún
cuando no se lo criticamos, si le
exigimos respeto para la propia Constitución.
Esos frecuentes eventos militares
-vistos por todo el país- tienen más sabor político que de celebraciones
históricas. Muy legítimo es que, el
partido de gobierno use la simbología que considere para mantener viva la
imagen de su difunto líder; pero ¿cuál
sería el razonamiento del por qué también nuestros militares hacen comparsa con el nombre del desaparecido?
¿En qué parte, la
Constitución establece los calificativos
del ejército "socialista" que se exhiben frente a los cuarteles donde sobresale la
figura de Hugo Chávez? A eso que ahora
han dado en llamar "El Cuartel de la Montaña" lo convirtieron en cementerio
con vigilia permanente, para rendirle tributo a quien profanó los restos del Libertador, modificó la
bandera, implantó el retrato a su
capricho y hasta cambió la posición del caballo. En estas horas difíciles el pueblo quiere
claridad, tanto en la palabra como en la lealtad.
Luis Garrido
luirgarr@hotmail.com
@luirgarr
Carabobo -
Venezuela
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