El 6D comienza el
parto de una nueva era en Venezuela. A la muerte de Chávez se hizo patente el
fracaso de ese modelo socialista-comunista impuesto, que todos saben ha
fracasado – menos ellos que se creen mejores que los otros. Esto más la caída
del precio del petróleo fue una combinación letal para ese modelo rentista
improductivo basado en el reparto de una renta para el consumo y no para la
producción, que se creía inacabable. Con las mayores reservas petroleras del
mundo “llegamos la llegadero”. Esto se acabó. O nos acabará a todos, al
convertirnos en lo que realmente es el comunismo: colas y escasez crónicas. Es
decir pobreza generalizada – menos la nomenclatura o los “enchufados”- y
represión.
El pueblo chavista y
opositor está harto. El deseo de cambio se ha metido en el corazón de los
venezolanos. Aunque realmente se comenzó a sentir en el bolsillo y luego en el
estómago.
Los venezolanos
chavistas o no y la comunidad internacional sabe que, a pesar de que las
elecciones nos son “libres y justas” las
ganará la MUD. Lo que se discute es cuánta será la ventaja. Y lo que
preocupa es que hará el régimen ante esta debacle; si profundizará o no el
conflicto y la represión. La comunidad internacional le ha advertido que debe
aceptar los resultados y seguir una ruta democrática. Además que estará
vigilante y no aceptará otro abril de 2013 ni las violaciones de los derechos
humanos de 2014.
El régimen deberá
decidirse entre “la guerra y la paz”.
Por ahora el discurso es guerrerista tanto que ha producido fatalidades.
“Me lanzo a la calle con el pueblo a defender la revolución” dice Maduro quien
no entiende que ya nadie quiere esa revolución que produce hambre. Entonces habla de los militares. Pero, “los
militares son leales hasta que se alzan” decía Luis Herrera.
El régimen deberá
optar entre la negociación o el conflicto, frente a la nueva Asamblea que no
controlará. Tolstoi se pregunta a través del personaje de Pierre Bezujov “por
qué la gente mala se agrupa tan rápidamente y la gente buena no”. En esta ocasión
parece que el cambio de gravitación política del chavismo hacia la MUD está
produciendo una dispersión entre los chavistas mientras la oposición se muestra
unida. Más bien apliquemos el viejo adagio español que dice “Dios está con los
buenos cuando son más que los malos” y eso lo demostraremos el 6D. Entonces esa
mayoría, que se hará oficial, será reconocida, respetada y apoyada por la una
comunidad internacional que ya cambió su percepción sobre un régimen que boquea
en sus estertores.
Alfredo Michelena
alfredomichelena@gmail.com
@Amichelena
Caracas - Venezuela
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