La batalla por el
control geoestratégico de regiones claves del planeta entre las dos grandes
superpotencias, está dando un paso más con la posible construcción del Canal de
Nicaragua por parte de empresas chinas, que busca absorber parte del flujo
económico de vecino canal de Panamá de influencia estadounidense.
Hoy se
ha hecho entrega de más de 120.000 firmas contra el Canal de Nicaragua en la
embajada de dicho país en Madrid. En el acto participó Mónica López, una
destacada activista nicaragüense contra el Canal. La batalla por el control
geoestratégico de regiones claves del planeta entre las dos grandes
superpotencias, está dando un paso más con la posible construcción del Canal de
Nicaragua por parte de empresas chinas, que busca absorber parte del flujo
económico de vecino canal de Panamá de influencia estadounidense. En las
últimas fechas se ha dado un paso adelante en la construcción del canal
nicaragüense. La empresa china Hong Kong Nicaragua Canal Development (HKND) ha
logrado el permiso ambiental y afirma que empezará en 2016 la construcción del
Canal de Nicaragua, pese a las muchas protestas. Esta será una de las mayores
infraestructuras creadas en la historia, siendo su coste económico de 50.000
millones de dólares.
El Canal tendrá una longitud de 278 km de largo (de los
cuales 105 kilómetros atravesarán el lago Nicaragua), un máximo de 500 metros
de ancho y una profundidad de 30 metros. Pero el canal no solo será lugar de
tráfico de mercancías: alrededor de él están proyectadas otras infraestructuras
como un aeropuerto internacional, dos puertos, instalaciones turísticas y
plantas eléctricas, entre otras. El permiso ambiental concedido por el Gobierno
dirigido por Daniel Ortega obvia el impacto ambiental que se producirá en el
país centroamericano, especialmente en una de sus mayores reservas naturales,
el lago Nicaragua. Este, con más de 8.000 kilómetros cuadrados, es el segundo
más grande de América Latina y la reserva más importante de agua de todo
Centroamérica. Desde el punto de vista geológico y geográfico es un enclave de
enorme importancia, ya que forma parte del arco volcánico centroamericano, y
entre sus más de 400 islas, en la de Ometepe está todavía activo el volcán
Concepción. Además posee una gran importancia ecológica al albergar especies
como el tiburón toro y el pez sierra. Recogiendo el informe del Centro
Humnoldt, el impacto ambiental del Canal sería devastador al dividir en dos el
Corredor Bilógico Mesoamericano, afectando a unos 4.000 km2 de bosques, costas
y humedales en las que habitan 22 especies vulnerables y en peligro de
extinción, como tapires, jaguares, tortugas marinas y colares, y gran variedad
de ecosistemas cada vez más escasos en Centroamérica.
Desde el punto de vista
hídrico, el canal causaría impactos en la calidad del agua y la distribución de
esta, tanto en el país como en la región. Esto se deberá tanto por la
construcción, como por a los vertidos producidos por el tráfico de los buques
transoceánicos.
Todo ello perjudicaría el uso del agua del lago para el consumo
humano, la pesca, el riego y la seguridad alimentaria. En lo social, el Canal
supondrá la ruptura del territorio y por lo tanto de las relaciones y
comunicaciones entre las comunidades vecinas, para las que no hay de momento
alternativas, así como la expropiación de terrenos y viviendas de muchas
familias y comunidades. Además acabaría con muchas comunidades indígenas por
las que el Canal atraviesa.
Lejos de los argumentos que propugnan un beneficio
económico para el país, este no es tal, ya que según la Ley 840 Nicaragua solo
recibirá anualmente un 1% de las acciones por parte de las empresas
adjudicatarias. La concesión del Canal será de 100 años. La empresa podrá
expropiar los terrenos que considere necesarios.
No habrá posibles acciones para
el incumpliendo de las obligaciones y no establece la necesidad de un Estudio
de Impacto Social y Ambiental. De este modo, el tan manido mantra del beneficio
económico queda diluido en la realidad del reparto de beneficios, que irán
hacia las grandes corporaciones como HKMD en detrimento de la población local,
que verá gravemente afectados sus modos de vida, cambiándolos por una forma de
vida dependiente y precaria.
La movilización social en contra del Canal ha
venido de la comunidad científica, poblaciones y comunidades afectadas y
organizaciones sociales, especialmente ecologistas, agrupadas en el Grupo de
Cocibolca. Estas movilizaciones han sido duramente reprimidas por el Gobierno
nicaragüense. Entre estas movilizaciones en las que ha participado Ecologistas
en Acción se han entregado más de 120.000 firmas contra el Canal de Nicaragua
recogidas a nivel europeo por Salva la Selva en la embajada del país en Madrid.
Fuente original:
http://www.ecologistasenaccion.org/
Enviado anuestros correos por
Rosa M. Estaba
rosaestaba@gmail.com
@RosaMEstaba
Caracas - Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario