Reproducimos este
valioso artículo de la columna Análisis /// Energía del Grupo Petróleo YV, publicado en el
Universal el 17 de junio de 2006, donde
proféticamente se preanuncia el conflicto que hoy se vive en un Iraq
desmembrado entre los sunnitas de Arabia Saudita y los chiítas iraníes.
Exactamente lo que
hoy está sucediendo en “Siriaq” (Siria-Iraq) con las fuerzas sunitas del
califato Isis enfrentando a los grupos chiitas de Hezbolá y Bashar al-Assad.
Era obvio que luego
del 11 de septiembre de 2001, EEUU tenía que
reaccionar con contundencia olímpica. La única forma de apaciguar la
profunda sensación de impotencia y depresión psicológica del pueblo
norteamericano, era a través de una respuesta directa, segura y decisiva por
parte de su gobierno.
Combatir el
terrorismo internacional de raíz es incuestionable, pero las tácticas escogidas
para hacerlo no reposaron con suficiente frialdad analítica antes de ser
ejecutadas, y ahora se nota el error de forma espeluznante.
Afganistán era un
blanco evidente, allí, en alguna de sus oscuras cuevas, se escondía Osama Bin
Laden, cerebro y financista principal de los ataques terroristas a EEUU. En
consecuencia, las bombas lanzadas a Afganistán eran lógicas y fueron acertadas,
teniendo como resultado que en dicho país actualmente existe un gobierno
elegido popularmente, que puede gobernar. Aunque Osama Bin Laden sigue
escondido, Afganistán fue un éxito militar y político para EEUU.
Otra cosa es Irak. La
realidad política y social de dicho país es de una complejidad inusual, quizás
imposible de vislumbrar en toda su magnitud, una sociedad rota en mil pedazos y
cada pedazo teniendo vida propia y ganas de hacer las cosas a su manera. Bush
padre vislumbró el problema durante la guerra del Golfo Pérsico. Habiendo ganado
en forma avasallante el conflicto de entonces, Bush padre se conformó con
garantizar la presencia militar de su país en la zona, fortaleciendo sus bases
militares en Arabia Saudita y Kuwait. Quizás teniendo mejores asesores de
inteligencia que su hijo, decidió el otrora jefe de la CIA mantener a Sadam
Hussein en el trono político de su nación, como solución al problema del “panal
de abejas”, sabía que solamente una figura como Hussein podría mantener a las
“abejas” dentro del “panal”.
Bush hijo da la impresión
de haberse dejado llevar por el malestar en sus tripas, obviando que Irak era
un “panal de abejas”, que se rompía si no se trataba con guantes de seda.
Ahora, una vez roto el “panal”, “las abejas vuelan” picando como locas por
todas partes.
Una decisión tan
torpe puede interpretarse de muchas maneras. Algunos escépticos pudieran alegar
que intereses económicos privaron en las acciones militares ejecutadas. Después
de todo, un precio del barril superando los setenta ha llenado las arcas de las
petroleras, que no solamente han multiplicado los dividendos a sus accionistas,
sino que ahora si pueden hacer inversiones cruciales para la supervivencia en
el mediano y largo plazo del negocio petrolero mundial. La industria
armamentista igualmente se ha recuperado, lo mismo que la metalmecánica y
metalúrgica, claves para el desarrollo del mundo industrializado. Si a esto se
le suma mayor presencia estadounidense en el corazón petrolero del mundo,
controlando todas las variables geopolíticas y económicas del negocio, tenemos
que más de un burócrata estadounidense o un frío especulador bursátil, pudiesen considerar que el costo político y
humano que han tenido las picadas de abejas iraquíes es un mal menor comparado
con las ventajas obtenidas dándole un palazo al panal. Pero sabiendo que la
personalidad de Bush hijo tiende al mesianismo, la torpeza no puede obviarse
como la causa del problema, que pica y se extiende, como veremos.
Un conflicto de mayor
amplitud está por comenzar en la antigua Mesopotamia. Es probable que suceda
una confrontación política y religiosa de dos países islámicos como Arabia
Saudita e Irán en el suelo de Irak, que ya están midiendo fuerzas apoyando a
dos de los principales grupos religiosos que tienen siglos tratando de imponer
su “única verdad” dentro de la Fe
islámica: sunitas, en el caso de los sauditas y chiitas, en el de los iraníes.
Aunque tímido en sus
inicios, el sustento a sus respectivos
grupos en tierra iraquí ha
comenzado. Arabia Saudita envía
ayuda económica a los Imán, requerida por las muchas mosqueas sunitas atacadas
en los últimos meses por combatientes chiitas.
Por su parte, desde
su tierra, Irán difunde mensajes radicales en favor de la causa chiita, a
través de la televisora Al-Alam.
Por el acérrimo
contraste étnico-religioso existente, los países presentes en el proceso de
estabilización institucional de Irak comienzan a vislumbrar un futuro muy
incierto, imposible, si se quiere. Esto
incita un repliegue de sus tropas, antes de ser forzados por una exasperación
de la situación.
Italia anunció el
retiro de sus tropas antes del fin de 2006. Por su parte, EEUA e Inglaterra
sufren fuertes presiones para hacer un retiro parcial de sus tropas, que podría
ser total para fines de 2008, dejando
libre el terreno para las pugnas abiertas entre los bandos. Entre éstos, tenemos a la organización “MUJAHEDIN – E –
KHALQ” (MEK), presente en la frontera Irán-Irak, financiada en el pasado por
Saddam Hussein para penetrar territorio iraní y sabotear posiciones
estratégicas enemigas, en la época de la guerra entre ambas naciones.
Actualmente opera al norte de Bagdad, dedicándose a acciones suicidas en contra
del poder establecido y las fuerzas de paz.
Otro grupo con
profundas ramificaciones en Irak es ANSAR AL – ISLAM, que posee estrechas
vinculaciones a Al – Qaeda por su afinidad político-religiosa en la
conformación de un Estado islámico fundamentalista en Irak.
La estrategia de la
mayoría de las bandas insurrecciónales se había centrado en ataques asimétricos
en contra de las fuerzas de paz o en contra de los organismos de seguridad del
nuevo Estado iraquí; el fin era generar un caos que impidiese el
restablecimiento de normas legales ampliamente aceptadas por la población. Esta
estrategia no dio los resultados esperados, motivo por el cual se amplió el
radio de ataque, incluyendo objetivos religiosos, para exacerbar y comprometer
anímica y psíquicamente a toda la población.
El ataque a la
mosquea chiita de Samara, simbolizó el
clásico ejemplo de dicho cambio estratégico, en cuanto se logró encolerizar no
solo a la población chiita iraquí, sino a los sectores más intransigentes de
Irán, que son los que dirigen abiertamente las operaciones de adiestramiento y
adoctrinamiento de grupos como las brigadas Badr o las milicias de Mahdi.
Éstas, a parte de ostentar una gran capacidad logística y una muy disciplinada
organización bajo la guía del imán Moqtada al-Sadr, han logrado penetrar las
estructuras mismas del Estado iraquí, a través del reclutamiento de policías
que pertenecen a dichos grupos.
Como vemos, la guerra
contra el terrorismo es paradójica en Irak.
Nuca antes fue tan
preciso el dicho “el remedio es peor que la enfermedad”.
Grupo PETROLEO YV
Edgardo Ricciuti
@edgardoricciuti
Juan Carlos Sosa
@jcsosazpurua
Enviado a nuestro
correos por
Adela Fabra
adela.fabra@gmail.com
@AdelaFabra
Miranda - Venezuela
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