Empecemos por decir que hay tres tipos de
chavistas, los dirigentes, los cuadros medios o funcionarios y la masa, cada
uno de ellos tiene algo que perder o ganar, por lo tanto tienen diferentes
maneras de actuar ante la inminencia de los cambios políticos que se avecinan,
y que sin ninguna duda los afectará, pueden ser
inteligentes o irracionales, pueden ponerse del lado de los cambios o
resistirlos, pueden hacer uso de la violencia o actuar políticamente.
La masa o el grueso de los simpatizantes del
chavismo, saben que sin Chávez el movimiento revolucionario está acabado,
tienen un sustituto a la figura del Comandante que es ese señor que mientan
Nicolás Maduro, que nada tiene que ver con ellos, así se la pase diciendo que
es venezolano, obrero y que es del pueblo… la conexión era con el Comandante en
la plenitud de sus facultades, no con un hombre que no se sabe quien lo maneja,
si una mujer, si desde la Habana, si un gurú o esas apariciones de animales que
le insuflan directrices.
Como toda masa movida por los acontecimientos, su
interés se alineará con quienes los tomen en cuenta y tengan posibilidades de
obtener beneficios del poder, nadie apuesta a perdedor, eso es parte de la
naturaleza humana y como el chavismo se desinfla rápidamente, reina el caos y
el descontrol, jamás estuvieron preparados para el fracaso a pesar de las
advertencias y de los signos que indicaban que estaban haciendo las cosas de
manera equivocada.
El chavismo y Maduro pretendieron poner al pueblo a
pasar trabajo y hambre, para que siguieran regalándole petróleo a Cuba,
sostener el flujo de dinero chino a cambio de importantes sesiones de
territorio venezolano, otorgando créditos blandos a países del Caribe para
comprar sus votos en la ONU y la OEA, pero principalmente, para seguir
disfrutando de una fiesta donde ellos, el pueblo, no estaba invitado.
Y porque las fuerzas opositoras lucen organizadas,
con cierta unión, con dirección, aunque sin un liderazgo visible, lo que
importa en cara a las elecciones del próximo 6 de diciembre, es que su discurso
es incluyente, sus líderes comunitarios en cada circuito son conocidos, tienen
un trabajo hecho y por lo que aparentan, tienen ganas de trabajar por un cambio
a mejor, que implica limpiar al país del desastre que han dejado los chavistas.
Apoyar al chavismo es continuar con la situación
del desabastecimiento, de la inflación, sin fuentes de empleo seguras, con el
hampa haciendo lo que le da la gana, sin servicios públicos de calidad… lo que
ofrece el PSUV son las mismas caras, la misma actitud sobrada y como si
estuvieran haciéndole a la gente un favor.
Maduro se ve cada vez más violento y hablando como
si fuera un disco rayado de la guerra económica, de los empresarios tramposos,
del imperio maluco, se le nota más desencajado y grosero, lo que hace es
amenazar de que va a radicalizar este mal gobierno que tiene donde no puede ni
recoger la basura en la calle, ni atender como es debido a su propia familia.
Ah, pero a Cuba, el imperio malvado sí la trata
mejor y se habla de futuro, de inversiones, de eliminarles el embargo, ¿Qué
pasó con esos revolucionarios cubanos que no ha pasado con los venezolanos?.
Algo debe estar haciendo Maduro de manera
equivocada que tiene engorilados a los empresarios, a las universidades, a los
sindicatos, a la iglesia, a los pensionados, a los médicos, a los comerciantes,
a los transportistas, a los estudiantes, a las amas de casa, a la policía, a
los maestros, a la Polar, a los periodistas, a las líneas aéreas, a los
productores agrícolas, a los trabajadores petroleros, a los hermanos
colombianos… está en guerra con todo el mundo menos con los militares, a
quienes tiene llenos de regalos, de dinero y de comida, pero al pueblo, lo
quieren ver haciendo colas sabrosas y comiendo piedras fritas.
Los cuadros medios del chavismo que en su mayor
parte son funcionarios públicos, trabajadores calificados, técnicos y
profesionales, son gente que dependen de sus trabajos para sobrevivir, muchos
de ellos en realidad no les importa quién sea el jefe con tal que los dejen
trabajar, lo malo, que los han obligado a hacer y decir cosas que los
comprometen con la actual revolución, que en nada tienen que ver con la de
Chávez, en algunos casos han actuado en contra de la ley, dañado a las
personas, perjudicado a las comunidades, violentado a los usuarios, se han
involucrado en cuestiones “políticas” de otros países que han salido muy
costosas, se dice que algunos altos funcionarios trabajan con el crimen
organizado, que se trata de un gobierno que es intolerante y se maneja a
niveles de corrupción peores que en los gobiernos de AD y Copey.
Este segmento del chavismo se siente que son el
relleno del sándwich, los “tontos útiles” que los montan en autobuses y los
llevan a concentraciones, que les quitan de sus sueldos contribuciones
“voluntarias” para apoyar al partido, que los botan de sus trabajos a la menor
excusa y no les pagan sus prestaciones.
Muchos de estos funcionarios están viviendo bajo el
terror de listas, vigilancia de cubanos, amenazas y chantajes, son los que
conforman el grueso de las movilizaciones en los actos del gobierno, los que
salen obligados con banderitas o gritando consignas al paso de la caravana
presidencial.
A una buena parte de este funcionariado le han
hecho creer que todo lo que tienen y lo que son, se lo deben a la revolución y
que si la revolución se acaba, ellos pierden… estos chavistas tienen un dilema,
si quedarse en la nave de la revolución que se está hundiendo, o saltar y
salvarse.
Pero si negocian, si se convierten en elementos que
ayuden al cambio, si se oponen, de manera inteligente a ser usados como
comodines revolucionarios, si informan lo que sucede intramuros, si colectan
evidencias en contra de los verdaderos ladrones y criminales que están destruyendo
las instituciones en las que trabajan, tendrán la oportunidad de salir ilesos,
las fuerzas de la oposición están dispuesta a lanzarles un salvavidas, sólo hay
que salir de estos vividores para que empiece el cambio y las cosas empiecen a
mejorar, para todos.
Luego están los dirigentes chavistas, una parte de
ellos ya tiene su Plan B, fuera del país, con otros pasaportes, con nidos de
oro esperándolos, con sus familias ya viviendo en el exterior, son estos
dirigentes los que harán el llamado a la resistencia,
a la lucha por la revolución, pero ese combate que lo hagan otros… ellos se
van, es el caso de un conocido animador de la televisión oficialista que no
pasaba un día sin amenazar que lanzaría al pueblo a la calle a matar e
incendiar si la oposición llegare al poder, como si el pueblo fuera de él
(resulta que era un espía cubano), ese ya tiene un apartamentico en Mariel,
Cuba (no lo dejaron entrar en las exclusivas urbanizaciones en Varadero).
Los dirigentes chavistas que se quedan, lo harán en
la creencia que ellos, como no tienen rabos de paja ni cuentas que pagar,
podrán recoger los pedazos del chavismo y tratarán de seguir adelante por un
futuro político, es el grupo que confían en las negociaciones, algunos de ellos
tendrán la capacidad para disolver la violencia, pactar la no agresión,
entregar las armas, respetar las reglas democráticas, con ellos es que el nuevo
gobierno se sentará y pactarán los arreglos para una transición en paz.
Estos dirigentes chavistas que realmente creen en
la revolución y que pueden salvar el partido, van a tener que hacer una
depuración profunda de la organización, amputando los miembros podridos, por
muy alta que sea su figuración, a los funcionarios y dirigentes que sin
importarles la militancia ni los valores verdaderamente socialistas que los
reunieron, se dieron a la tarea de sembrar la corrupción, la traición a la
patria, anteponiendo sus propios intereses a los del partido, privilegiando sus
apetitos y el de algunos factores extranjeros a los intereses de la nación.
Y en este lote entra Maduro, quien se ha convertido
en la causa de la derrota y el desmoralización de la militancia chavista,
permitirle que continúe en el poder es un error y una tranca para una posible
reunificación del partido PSUV, es plomo en el ala para la oportunidad de
muchos otros dirigentes chavistas que quisieran seguir en la política.
Hay toda una serie de mecanismos internos del PSUV
para realizar esta limpieza, lo que sería una señal positiva de que no todos
están contaminados por el crimen y la corrupción, de que aún hay gente decente
y venezolanos de corazón en sus filas, que hay chavistas demócratas que no
están asociados con vender la soberanía del país, con el peculado, militarismo,
discriminaciones y la violencia gratuita.
Por supuesto, siempre quedan los “Patria o Muerte”
pero afortunadamente serán minoría, fácilmente ubicables, y que sin apoyo
popular, por más tropa que dicen tener, no son sino fantasmas que dan pena, a
estos extremistas se les cercará y se les emplazará a que deponga la violencia,
siempre dentro del respeto de sus derechos humanos fundamentales, sería el caso
de algunos oficiales militares que se dicen chavistas y algunos colectivos
armados, pero estamos seguros que al final, se integrarán a la vida nacional.
Si yo fuera un chavista jugaría inteligentemente,
es decir, negociaría la permanencia política y legítima de una fuerza política
en democracia, no como hasta ahora, queriendo ser los únicos en el escenario a
fuerza de abusos y atropellos.
A partir del 6D se juega un nuevo juego, se trata
de un nuevo tablero, con nuevas reglas y la oportunidad de salir ganando es
justamente ahora, cuando todavía hay margen de maniobra. –
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul
Miranda - Venezuela
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