Lo que parece y en el
fondo es un verdad de Perogrullo, porque todo país democrático debe funcionar
de acuerdo con lo establecido en la Carta Magna, un Acuerdo Constitucional,
después del 6 de diciembre, adquiere
hoy una connotación no sólo nacional sino también internacional, si involucra a todos los ciudadanos, sin
distingo de ideologías o de su militancia política, interesados en procurar un
gobierno democrático, en el que se cumpla y se haga cumplir la Constitución Nacional de la República
Bolivariana de Venezuela.
Un Acuerdo
Nacional en el que se oigan las voces de los trabajadores, los empresarios, los
jóvenes, los gremios profesionales, los políticos, los académicos, las iglesias
y la Fuerza Armada para promover la constitución de un gobierno democrático, de
reconciliación nacional, en el que no hayan perseguidos ni perseguidores,
descartada la retaliación o la venganza política.
Para lograr un régimen democrático se requieren varias
agendas que deben ser ejecutadas por venezolanos democráticos y honestos en la
conducción de la Administración Pública. En lo político se deben poner en
vigencia todas las instituciones que caracterizan la democracia plena. Poner en
libertad a los presos políticos, regreso de los exiliados, funcionamiento del
Estado de Derecho que le dé autonomía a los Poderes Públicos, que los
Jueces juzguen y condenen a los
culpables de delitos, por razones de verdadera justicia y no por venganza
política. En síntesis, que se cumpla la Constitución Nacional, la Carta
Interamericana Democrática y todos los acuerdos internacionales en la materia
aprobados y refrendados por Venezuela.
En lo social se deben garantizar los
derechos de la población de recibir servicios públicos eficientes como la
electricidad, el agua y en particular una educación y una salud de calidad. Es
urgente resolver el problema de la escasez y del alto costo de la vida que
acosa a toda la ciudadanía y en mayor grado a los sectores de menores recursos.
También es prioritario desmantelar las bandas criminales que actúan con
impunidad contra el pueblo trabajador.
Y
en lo económico se puede sintetizar que se requiere en el corto plazo
estabilizar la economía, recuperar el ingreso familiar y crear confianza para
la inversión nacional y extranjera; devolver a sus legítimos dueños las
empresas y haciendas expropiadas y no pagadas; aumentar la producción de PDVSA
y nombrar una junta directiva capaz y honesta; trazar todas políticas que
controlen la inflación, estimulen la producción nacional y la exportación; desmontar los controles que
ahogan la economía nacional y acabar con las mafias que se han enriquecido
ilícitamente y con impunidad.
La reconciliación nacional es
de interés para la vida democrática de jóvenes, adultos y viejos, pero el
tiempo apremia. Si la generación política que ha dirigido el país en los últimos
16 años, responsable de la polarización y del fracaso de las políticas públicas
aplicadas, no es capaz de contribuir a reconciliar a los venezolanos, Venezuela
puede entrar en una crisis impredecible.
El 6
de diciembre no sólo elegiremos una nueva Asamblea Nacional sino que
también el país debe enfrentar la crispación en que ha caído la política
nacional porque algunos altos funcionarios han sido señalados como incursos en delitos de
corrupción, narcotráfico y de lesa humanidad, lo cual constituirá una dura
prueba para las instituciones fundamentales de la nación. Incluso es factible que grupos paramilitares
traten de crear un caos generando actos de violencia.
Para evitar actos de violencia o
reducirlos a su mínima expresión, es imprescindible que las instituciones
básicas de la nación, reflexionen y
decidan gobernar sin
discriminación política. Se tiene que eliminar la prédica de la división de la
sociedad y de la descalificación de quien no piense como el gobernante del
momento. Consolidar la convicción de que para alcanzar el progreso del país se
requiere una atmósfera de paz, confianza y trabajo mancomunado del gobierno con
empresarios y trabajadores.
Para que los
habitantes de una nación disfruten de una cultura de paz, se requiere de la formación
de ciudadanos pacíficos, respetuosos del Estado de Derecho, capaces de rechazar todo llamado o simple insinuación a la
violencia.
Juan Paez Avila
jpaezavila@gmail.com
@jpaezavila
Miranda - Venezuela
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